El Congreso de los Diputados es, cada vez más, un esperpento; el
miércoles Rajoy lo utilizó para engañar sobre el futuro de las pensiones
y al día siguiente, más trampas, con la prisión permanente revisable
como fondo
El Congreso de los
Diputados es, cada vez más, un esperpento. El miércoles Rajoy lo utilizó
para engañar sin recato sobre el futuro de las pensiones y la oposición
no fue capaz de hundirle. Al día siguiente, más falsedades y trampas.
Con la prisión permanente revisable como fondo, pero con los familiares
de las víctimas de los crímenes más famosos como protagonistas. Para no
avanzar nada en el asunto, solo para hacer daño a la oposición. Ningún
parlamento serio del mundo habría autorizado una instrumentalización tan
descarada. Pero aquí, un país en el que se consagró como valor supremo
el eslogan de que las víctima de ETA siempre tenían razón, todo vale. Y
la democracia sigue haciendo agua. Fuente
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